LAS HIERBAS DE LOS SANTOS (LETRA "A")
Hierbas de los Santos - Letra "A"
ABA: Dueño Elegguá.
Si hay inflamación Elegguá le da su Ache a las hojas y a las raíces para que, bien hervidas, se refresquen y alivien con baños, los pies cansados del caminante, sus hojas se aplican también para la parálisis.
ABROJO: Dueño Inle.
Es una de las hierbas rituales de la sociedad secreta Abakuá en la que recibe el nombre de “Mendibá”, muy buena para la inflamación.
ABROJO TERRESTRE: Dueño todos los Santos.
Es muy bueno para lo malo. Sin embargo, con la paciente y continua aplicación del zumo del Abrojo se debilitan las raíces capilares, acción que hace posible a esas mujeres que son a exhibir a veces un bozo que es un perfecto bigote, con su aplicación constante desaparezca. Es muy bueno para lavar los ojos, y sirve para aliviar el asma.
ACANA: Dueño Changó y Oggun.
Fuerte como el Guayacán, para las “ngangas” y resguardos las cruces que se realizan con ácana apartan las malas influencias y maldiciones y desvían los malos ojos. Los que son clarividentes y se asustan de noche por que ven fantasmas, llevando una crucecita de ácana, no los verán, pues ésta los hace huir. Desinfecta las heridas, y la resina reducida a polvo y aspirada, contiene las hemorragias nasales. Hirviendo la corteza, hojas y raíces, cura los granos y enfermedades de la piel.
ALCANFOR: Dueño Changó y Elegguá.
Los cogollos se hierven con la raíz para baños lustrales que, si se hacen a tiempo, evitaran las enfermedades que pueden vaticinar las “adivinos”, etc. La resina del alcanfor solidificada, es excelente como preservativo en épocas de epidemias y es recomendada por todos los Orishas. Deberá llevarse un trocito con granos de maíz tostado en una bolsita de cañamazo o genero rojo, cuando se visita un hospital o la casa de algún enfermo contagioso. “El alcanfor tiene la propiedad de alejar laenfermedad”.
ACEBO DE LA TIERRA: Dueño Obatalá.
Las hojas y raíces en agua, sin hervir, es un buen depurativo para el hígado, y facilitar la digestión. La corteza cocida con hojas secas y unas cuantas frescas, bien caliente, para sudar la fiebre.
ACEITUNILLO: Dueño Orúmila.
Con la raíz se hace un amuleto para los intelectuales impacientes por adquirir renombre. Las hojas en cocimiento, para lavar la cabeza, deja el cabello sedoso y brillante.
ACHICORIA: Dueño Obatala
Las hojas y raíces en agua, sin hervir, es muy buena para el estómago. Se emplean también para la hidropesía, las hemorragias y descomposición del vientre, es muy diurético.
ACHIOTE O ACHIOLE: Dueño Obatalá.
El zumo de las hojas y la raíz bebido con frecuencia, calma el asma y afloja el pecho.
ADORMIDERA: Dueño todos los santos.
De acuerdo con la opinión de destacados mayomberos, es la mejor hierba que produce la tierra para embaucar, para tales fines, se liga la adormidera con caraguá, que es un parásito del cedro y de la guásima que algunos llaman “guida– vela “, uña de los pies, pelo del que nace sobre la frente o la nuca y de los sobacos de la persona que se desea cautivar, y todo reducido a polvo, se le da a tomar en café, chocolate o vino dulce, cuidando de echar canela en el vino. Hay adormidera hembra y macho.
AGALLA DE LA COSTA: Dueño Elegguá.
En tisana resulta un gran purificador de la sangre con sus hojas y raíces. Sus semillas se emplean en lavados vaginales, para contener las hemorragias y en tratamiento de la leucorrea.
AGRACEJO: Dueño Obatalá.
Se utiliza en el Omiero del asiento, en regla de mayombe se emplea para hacer daño bien, trabaja mucho hecho polvo y ligado con yaya, y sangre de doncella, muchas prendas de mayombe se montan con agracejo. En cocimiento es bueno para la hidropesía, y para el paludismo como agua común. Es muy estomacal, la raíz cura la gonorrea.
AGUACATE: Dueño Chango, Eleggúa y Ogggún.
El fruto morado del aguacate le pertenece a “Oyá”. El cocimiento del cogollo es bueno para expulsar los gases que produce su fruto y para la tos. El del Aguacate Morado, para provocar el menstruo, pues es abortivo. En lavados vaginales, para combatir las “flores blancas”. La semilla molida y hervida sirve para borrar las arrugas de la cara.
AGUEDITA: Dueño Todos los Santos.
Es el “WAKIBANGA” de las Regla de Mayombe, “Bulan ane, Cabanga, Bembéiriko”. Muy mágico. Va dentro del “nkiso”. Palo de mucho respeto. También le llaman rompe hueso porque cuando “monta”, derriba y agita al médium con tal fuerza que podría romperle los huesos. Entre sus muchas virtudes, una de ellas consiste en alejar la enfermedad. Con la raíz cura las fiebres más rebeldes y todas las enfermedades secretas del hombre.
AGUINALDO BLANCO: Dueño Obatalá.
Para “despojar malas influencias”, para baños lustrales y baldeos purificadores de la casa. El cocimiento de las flores es indicado para contener las palpitaciones del corazón.
AJI GUAGUAO: Dueños Eleggúa, Oggún y Osaín.
“Es alimento restaurador de las “ngangas”. La “chamba”, el aguardiente que “Padres” y “Mayordomos” derraman sobre las cazuelas, calderos y amuletos de “Mayombe” y que se vierte sobre el pescuezo del gallo o animal sacrificado cuando estos se han desangrado sobre la nganga, se carga de ají guaguao para que sea más potente. Este ají, reducido a polvo es uno de los elementos importantes en cualquier brujería de las fuertes y más efectivas. El zumo en atomizaciones es bueno para combatir la ronquera. Con el ají guaguao maduro, ingerido como píldora, se combaten las hemorroides. En fricciones contra el reumatismo. Para la fiebre catarral; bien picadito se mezcla a un cocimiento de naranja bien caliente.
AJI CHILE: Dueño Eleggúa
(Se le atribuye también a Oggún y a Osaín, pero no se olvide que a este último pertenecen todas las plantas y con todas trabaja). La Savia de la raíz, de las hojas y del fruto, combate el tifus en sus comienzos.
No se empleará para sazonar las comidas de los Santos lucumís. Contra el mal de ojo, llevarlo en la cabeza, entre el pelo, atravesado por un gancho. Es el sustento de las ngangas y “prendas fuertes”. Les da fuerza. Pero hay “prendas” que el ajo las mata. Son débiles y no lo resisten. El ajo doméstica a los majas “guardieros” de ngangas. Un resguardo muy recomendable es el siguiente: en una bolsita de tela blanca, se guarda una cabeza de ajo con yerba buena y perejil. Antes de usarse, es menester llevarlo a siete iglesias y humedecerlo en las pilas de agua bendita de dichos emplos y en el momento de humedecerlo se dirá: “Líbrame de mi enemigo, de cuantos me quieran mal y dame salud y suerte”. El ajo lo cura todo; molido y aplicado en fricciones, es al antídoto contra las picaduras de los alacranes, arañas y de avispas, etc. Cura el mal de madre, el padrejón y el empacho. El zumo ablanda los callos por muy rebeldes que sean. Para expulsar parásitos intestinales y bajar la fiebre. Facilita la expectoración al mejorar los resfriados y catarros; combate las malas digestiones y ayuda a expulsar los gases, se utiliza además para tratar insomnios y regular la presión arterial. Alivia los dolores reumáticos y la gota, úlceras, quemaduras y otras afecciones de la piel.
AJONJOLI: Dueño Babalú Ayé.
Es “tabú” en las casas de este Orisha. Si un hijo de San Lázaro come ajonjolí se enferma e inclusive puede morir. No pueden ni mirarlo. Igualmente les está terminantemente prohibido comer “iru” (granos). El frijol, la lenteja, el gandul, etc., sobre todo las lentejas que son los mismos granos del “leproso” (Orisha Adéte). Tampoco pueden comerlo los “Iworos” hijos de Obatalá. Ni el “ngangulero”. No liga naturalmente con la “nganga”. Sólo lo comen sin peligro los Santos. Si el ajonjolí se desparrama provoca una epidemia. Aleja lo malo ligado con corteza de corojo, azogue y pimienta de guinea. Y atrae también lo mal, pues Babalú Ayé “Bilonga” con ajonjolí. Las semillas en cocimiento para aliviar a los asmáticos tan pronto se declara el ataque. Fortalece el corazón. Las mujeres cuando crían a sus hijos deben tomarlo para tener leche abundante.
ALACRANCILLO: Dueño Obatalá
(Algunos Santeros se lo atribuyen a Oshún y otros a Oké).
Para baños lustrales. En cocimiento, tomado por agua común es a colmar la irritación interna de la piel. La raíz con las ramas y hojas reduce las hemorroides.
ALAMO: Dueño Changó.
El “Alamo” es uno de los árboles principales consagrados a este Orisha, del Omiero del Asiento y del Omiero con que se sacramentan y lavan sus atributos. Cuando Changó esta enojado se apacigua con las hojas del Alamo, añadiendo rompe saragüey y culantrillo. La primera vez que tocaron los tambores para este Santo fue a la sombra del Alamo. “Es el manto de Changó”. La bateita de cedro pintada de rojo y blanco en la que se guarda su piedra, se cubre con hojas de Alamo y con ellas se adornan los altares y el trono de sus elegidos. A Changó le gusta “comer” en el Alamo y allí se le llevan las ofrendas habituales, atadas con cintas rojas. Al carnero que siempre se le inmola, se le ofrecen hojas de Alamo antes de conducírsele a la habitación donde será sacrificado, simbólicamente por el mismo “oggún” frente al “otan” del Orisha. Si el animal al mensajero ya preparado por los Santeros para el sacrificio, las come es señal de que el dios lo acepta complacido, de lo contrario, el carnero no será degollado. Para purificar a sus hijos y protegidos Changó les ordena bañarse con un cocimiento de las hojas de Alamo. La fricciones con la savia del Alamo elimina toda mala influencia del cuerpo. “El Alamo recoge todo lo malo y se lo lleva”. Para disolver la peor brujería y alejar a los malos espíritus de una casa debe usarse en baldeos. Igualmente en polvo seco y cernido, ligado al plátano y después de “rogado” puede emplearse para hacer bien y mal. Para destruir radicalmente una brujería, se mezclan las hojas del Alamo con salvadera, yerba buena, prodigiosa, abre caminos y una piedra de alcanfor y se baldea con esto. Los “Mayomberos” no emplean el Alamo. En cocimiento para fortalecer los nervios. Con la semilla se hace una preparación líquida y no muy grasosa que favorece el crecimiento del pelo, a la par que lo ennegrece. Tomándolo como agua común es excelente para combatir la albúmina en las mujeres embarazadas. El higuito u “orí” hecho pasta se aplica para reducir las almorranas.
ALBAHACA: Dueño Todos los Santos.
ALBAHACA ANISADA: Dueño Obatalá.
Hervida o sin hervir, para purificaciones o “despojos” corporales. El aroma, usado en pañuelos de colores, según el Angel de la Guarda de cada cual, contra el mal de ojos. El cocimiento de sus ramas y raíces, para dolores de cólicos y gases.
ALBAHACA DE CLAVO: Dueño Todos os Santos.
Para despojos corporales. El zumo vertido dentro del oído apaga los zumbidos o dolores “saca el viento” que puede estar y producir un ruido incómodo. Con el cocimiento del cogollo, Oddúa alivia los dolores de la menstruación. Con el zumo de las hojas, que se extrae mediante la presión de los dedos índice y pulgar, aplicado a los ojos cura un orzuelo rebelde.
ALGARROBO: Dueño Oggún, Changó y Bokú.
No debe faltar en un Omiero de asiento. Es muy venerado. Con sus hojas se cubre a Changó. Las raíces son muy valiosas para “prendas” y resguardos. Alimenta a las “ngangas”. Las “prendas” que se entierran debajo del algarrobo, alcanzan una extremada potencialidad. Los resguardos que se construyen para acompañar a personas extremadamente cobardes o los que carecen de constancia y de firmeza para la realización de un empeño, se hacen con esta planta. Con sus savia prepara el mayombero un veneno ligeramente activo, pero administrado en gotas, prudentemente fortalece el cerebro. Con la resina pulverizada se tratan las llagas y las hojas desmenuzadas, reducen las hernias. El cocimiento de las hojas, con zarzafrás y limoncillo, es magnífico para la tos.
ALGODÓN: Dueño Obatalá, Babbadé, Ochanlá, Babá Lubbo, Alamoreré.
Para calmar el dolor de oídos, los capullos del algodón verde, después de sumergidos en agua no muy caliente, se exprimen lentamente dejando caer unas gotas dentro de la oreja. Con las semillas machacadas y ligadas con sebo de Flandes, se compone un emplasto que madura rápidamente los tumores. El cocimiento de las semillas, se toma en casos de bronquitis o de asma. El cocimiento de la raíz, es excelente para regular el menstruo. Si se hace muy concentrado sirve de abortivo. La flor, en lustraciones, elimina las impurezas que mantienen en mal estado físico y en su consecuencia moral, al individuo que no se haya purificado por completo, etc. Las hojas de algodón se emplean en el “Omiero del Asiento”. “En gran resumen como Obi ( el coco) a semejanza del algodón, no puede disociarse de Obatalá, pues es imprescindible”.
ALMACIGO: Dueño Eleggúa, Changó.
Los cocimientos de sus cogollos cortan el resfriado intestinal. Los de la raíz, corteza y cogollo, para las diarreas sanguinolentas. La resina se aplica en los parches sobre las heridas producidas por clavos, latas u otros objetos herrumbrosos para preservarse del tétanos. Para el catarro: “Un cocimiento al acostarse y además poner cuatro o cinco hojas cruzadas, debajo de la almohada”. Para el resfriado de los niños: Envolverles los pies con las hojas tibias. Para el vientre, diarreas, cólicos y gases: una cataplasma de almácigo es más efectiva. Las hojas frescas se extienden en la cama en la parte que se acuesta el paciente. No debe olvidarse que el almácigo tiene más virtud el Viernes Santo, como otras plantas medicinales y que para curar “no se ofende a Dios cortándolo”, pues su misión es curar y sobre todo, que se sepa, “que con ese palo no se hace nada malo”. “Es un palo médico nada más”. Es “espanta brujo” y “purificador”. En baños para buena suerte y “limpiezas”, se mezcla con la cuaba, la aguedita y el yagrumo. El humo que desprende la resina quemada con un diente de ajo, ahuyenta las malas influencias. El fuego no lo ataca. Acaba con todos los matojos y palos que estén a su alrededor, pero a él no se le arrima por nada la candela y lo respeta dondequiera que esté.
ALMENDRO: Dueño Obatalá e Ifá.
Las hojas se emplean para lavar la cabeza (refrescar Eledá), y en “despojos”, baños y baldeos para purificar la casa, para buena suerte. Para lavados vaginales, un cocimiento de la corteza con la raíz y las hojas. La savia de esta planta con el aceite que se extrae de la fruta, aplicada a la piel, la mantendrá tersa y fresca. El aceite de almendra se emplea para las lámparas que se le encienden a Obatalá. Sus hojas se incluyen en el Omiero.
AMANSA GUAPO: Dueño Todos los Santos.
Para apaciguar, suavizar asperezas, conciliar y dominar. Un amarre efectivo es el siguiente: amansa guapo, paja de maíz, la plantilla de los zapatos, una camiseta y pelo de la persona que se desee “amarrar”. El pelo se ata con una madeja de hilo del color del Santo que propicie este trabajo, junto con el pelo de la persona para quien se realiza el “amarre”. Con el “amansa guapo” entizado con hilo blanco y negro, aguardiente, vino seco, miel de abejas y canela se obtiene lo que se quiera. Para dolores reumáticos y musculares.
ANAMU: Dueño Todos los Santos.
Es una hierba de las más comunes y fáciles de obtener, pero no se arrancará más que cuando sea preciso utilizarla. No se incluye entre las yerbas del Omiero del “Asiento”. Con baños de “Anamú”, se desprenderá del cuerpo algún espíritu oscuro de esos que suelen enviar los mayomberos para atormentar a sus víctimas, adhiriéndose a ellas. Si se emplea también “fula” (pólvora) al practicarse este despojo hay que hacerlo con mucho cuidado, no sea que al arrancar al espíritu, éste dañe al cuerpo por la conmoción que reciben tanto el espíritu como la materia. Todos los espíritus no se pueden quitar con “fula”. Como resguardo para detrás de las puertas: “Siete gajos de Anamú atados con cintas rojas, se pondrán sobre todo cuando hay personas perseguidas por los espíritus”. Para baños lustrales. Cuando la persona esta “muy atrasada de suerte”, con apasote y albahaca de anís. Contribuye a la curación de herpes y otras infecciones de la piel (uso externo) y facilita la orina (uso interno). No debe ser administrado a las mujeres embarazadas. Una buena medida de precaución consistirá en colocar en las plantillas de los zapatos, dos hojas de Anamú, en cruz, por si se pisa algún “malembo mpolo”. Este no puede actuar donde se halle al anamú, que aniquila la brujería. Por eso se llama “mata Brujo” y “espanta brujo”. Para embrujar se da a beber el anamú hervido con yerba fina y sanguinaria, vino seco y agua de “Florida”. Obatalá aplasta la brujería con anamú. Los brujos deben tener siempre por precaución, una vasija con agua de la que vive o se tiene a la jicotea, mezclada con orines, cenizas, anamú y cabo de tabaco para arrojarla a la puerta de su casa cuando tenga sospechas de que otro Brujo lo esta atacando; pero esta preparación apuntada, es necesario que se pudra varios días antes de usarse, para que pueda surtir sus buenos efectos. No obstante en “Regla de Ocha”, los hijos de Obatalá no pueden andar con esta yerba, ni los de Yemayá. Un baño con anamú será extremadamente nocivo al “Omó” Yemayá que por su ignorancia (como sucede a menudo), la emplee buscando alivio a un dolor reumático, etc.
ANON: Dueño Obatalá.
Las hojas en cocimientos para aplacar los nervios. La corteza y la raíz se toman una vez terminados los masajes en la cura del mal de madre y del padrejon. Las semillas se tuestan y se muelen con aceite para combatir los parásitos de la cabeza (los piojos). El cocimiento de sus hojas con las de “Mary López” es muy bueno para combatir la acidosis. Es excelente para la cistitis y todos los padecimientos de la vejiga.
APASOTE: Dueño Babalú Ayé.
Las hojas para condimentar la comida del Orisha. Para “amarrar” sólidamente una lengua indiscreta bastarán dos raíces de apasote, la lengua de una lagartija, una vara de tela blanca, media botella de aguardiente, el nombre de la persona escrito y alguna cosa perteneciente a ella para “ligarlo”. Los caracoles o el coco indicarán donde debe guardarse este “amarre” y dónde se depositará el sacrificio que acompaña a este “chiché” (trabajo). En las casas que han sido “purificadas” con apasote, se dejan expuestas las semillas durante 24 horas. Las paredes se fustigan con las ramas para castigar y espantar “malembo”, terminada esta limpieza, se baldean los suelos con clara de huevo. En cocimiento para expulsar los gases. El zumo de la raíz y las hojas para curar las lombrices y parásitos de los niños.
ARABO DE PIEDRA: Dueño Oggún.
Se “trabajan” las raíces al pie de Oggún para asegurar un negocio inestable, poco seguro o una empresa cuando amenaza fracasar.
ARBOL DE BIBIJAGUA O CAMPANA: Dueño Obatalá, Orishaoko, Yewá.
La savia de esta planta se aplica a la culebrilla (“una erupción que efectivamente es una culebrilla”) que suele aparecer en el cuello y en la cintura, debiendo combatirle de inmediato pues se estima que este reptil imaginario puede matar al que lo padece, si llega a juntar la cabeza con la cola. “Los garabatos de esta plante sirven para atraer y unir a las personas que están separadas por cualquier motivo”.
ARBOL DE LA VIDA: Dueño Obatalá, Oddúa.
En cocimientos se recomienda para dolores reumáticos. En Semana Santa se le extrae la savia que se expondrá al sol y al sereno durante 40 días y se obtendrá un magnifico tónico regenerador del organismo.
ARBOL DE LA CEIBA: Dueño Obatalá.
Respirando el aroma de sus flores en un pañuelo se controlaran los estornudos que proporciona la coriza.
ARBOL DEL CUERNO: Dueño Oggún, Oshún, Oddúa, Obatalá.
La raíz hervida se da a beber a diario contra la impotencia. Con este palo se prepara un buen amuleto para recuperar la virilidad. Las hojas en cocimiento para lavar el cabello y darle brillo.
ARBOL DEL SEBO: Dueño Babalú Ayé.
Una maceración de la raíz y de las ramas para fricciones de las coyunturas de los nudillos. Estas fricciones continuadas y el favor de San Lázaro, impiden que los miembros de los que están postrados se vuelvan rígidos y evita los dolores consecuentes.
ARETILLO: Dueño Eleggúa.
Masticadas sus ramitas y hojas tiernas, blanquean y pulen los dientes; fortalecen las encías.
AROMA BLANCA: Dueño Obatalá.
Respirando el aroma de sus flores en un pañuelo, se controlan los estornudos que proporciona la coriza.
AROMA AMARILLA U OLOROSA: Dueño Oshún, Eleggúa.
Con la semilla se hace “mpolo” y “trabaja” en los encantamientos de “Mayombe”. El cocimiento de las ramas y raíces, se recomienda para combatir la sarna y la gangrena. En baños es muy efectiva para aquellos que son dados a sentir malestar indefinido, etc. Igualmente la infusión de las flores, para las palpitaciones y el nerviosismo y los saltitos histéricos del estómago. La savia, aplicada con aceite de ricino, hace crecer las pestañas.
ARROZ: Dueño Obatalá.
“Kamanakú” es un apetitoso manjar de arroz molido. Se remoja el arroz y cuando los granos estén hinchados, se pilan, se ciernen y se reducen polvo, se bate en un caldero y se cocina a fuego lento. Con leche se le ofrenda a Obatalá. El agua en que se ha lavado el arroz, mata la brujería. Se emplea para “limpiar” los quicios de las puertas donde esta haya sido lanzada. A la semana siguiente de un “levantamiento del plato” (ceremonia que sabemos se realiza al año de ocurrida la muerte de un “olocha”), después de una noche de vela en que se tocan los batás exclusivamente para el muerto, los que toman parte en este rito, asistirán a las honras fúnebres que deben celebrarse en la iglesia. Al regreso de la misa, se cocina el arroz sin sal y con la carne que haya sobrado del cochino que se le sacrifica al difunto en esta ocasión se riega por toda la casa. El arroz blanco con “guengueré” es una ofrenda tradicional para Oyá. En cocimiento para las diarreas. En harina para la erisipela y cualquier erupción de la piel y para embellecer el cutis.
ARTEMISILA: Dueño Obatalá (se le atribuye también a San lázaro).
En purificaciones lustrales, proporciona alegría y propicia bienes materiales,morales e intelectuales. Un “despojo” con artemisilla deja una agradable sensación de alegría tal, que se apreciará a todo el mundo más contento.
ASTRONOMIA: Dueño Orúmila.
Para baños de despojos. Con la raíz se construyen resguardos para los trabajadores marítimos.
ATEJE COMUN: Dueño Osaín.
Las hojas y la raíz en inhalaciones para el “aire pasmoso”. La raíz en infusión, para suprimir las “flores blancas”.
ATEJE HERMOSO: Dueño Osaín.
El zumo de las hojas y de los tallos desvanece las manchas de la piel ocasionadas por quemaduras. Hace desaparecer también cicatrices superficiales.
ATEJE MACHO: Dueño Agrónica.
La savia limpia las manchas de la piel y con este objeto se le aplica a las mujeres. Pero no debe lavarse la cara con él. Si el “ateje macho” se le aplica a un hombre es inoperante y si el “ateje hembra” se le aplica a una mujer, su resultado será igualmente ineficaz, pues en toda operación mágica y remedio de plantas, “los sexos deben estar siempre encontrados”, o sea, “hembra para varón” y “varón para hembra”.
ATIPOLA: Dueño Obatalá y Eleggúa.
En cocimiento para tomarlo como agua común, es bueno para las vías urinarias. Para lustraciones y para “refrescar la cabeza”. Para la buena suerte, baños de Atipolá, albahaca corriente y albahaca menuda. El “Atikuanlá” se emplea en el Omiero del Asiento.
AYUA: Dueño Todos los santos.
Excelente para resguardos. Para alcanzar un “desbarate” efectivo se mezcla con cuaba negra, carcoma y avispa. La corteza con aguardiente de caña, después de embotellada varios días es muy buena para el asma. Es muy eficaz como depurativo de la sangre. También para la sífilis y el reumatismo. La corteza masticada calma los dolores de muelas.
AZAFRAN: Dueño Obatalá.
Aunque existe una yerba que se llama “azafrán del país”, el que se emplea para hacer bajar el menstruo, es el azafrán comercial. Si la supresión tiene por causa un disparate cometido “un baño frío, dormir a la luz de la luna”, etc.; el remedio será un puñado de azafrán de hebra, una botella de miel de abejas pura, tres cocos pequeños que se cortan por el medio y un litro de agua. Se hierven los cocos con azafrán y la media botella de miel de abejas y se deja a la candela hasta que quede una cantidad de líquido equivalente a tres tazas, que deberán tomarse muy caliente, tres veces al día. Como es muy probable que el menstruo se presente con hemorragia al día siguiente de tomarse este remedio, se hierven los tres cocos y se toman tres cocimientos. El cocimiento de azafrán es muy efectivo para los espasmos.
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